Pasó otro año más y esa pregunta sigue sin respuesta. Desde aquel 18 de septiembre de 2006, cuando López debía llegar al juicio a genocidas en La Plata, no sabemos qué pasó con él. Sí podemos suponer que los verdugos, cuando vieron jaqueada su cómoda impunidad con los juicios a los genocidas, actuaron bajo sus métodos: el terror.Después de cinco años la Justicia sigue sin estar a la altura del gravísimo hecho que implica la desaparición forzada de Jorge Julio López, sobreviviente de la dictadura, testigo en el juicio a una de las patotas de la policía bonaerense, una de las Fuerzas con las prácticas más nefastas, que incluso se sostienen en la actualidad. El caso de Luciano Arruga da suficientes cuentas de esto.
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