Trabajadores hospitalarios de Choele Choel, especialmente profesionales médicos y personal técnico y de laboratorio, decidieron llevar a cabo una medida de fuerza desde éste miércoles que consiste en la suspensión de actividades programadas.
De aquí y a posteriori, el personal va a permanecer en estado de alerta y asamblea permanente.
Los servicios esenciales no se van a ver resentidos – aclaran -, solo se van a suspender las actividades asistenciales programadas en todos los servicios (por ejemplo las cirugías y la atención en consultorios) y en los centros periféricos la atención será hasta las 10 de la mañana, salvo emergencias.
“La sensación es de una gran desilusión” – dijo uno de los trabajadores que participaba de la asamblea a la hora de definir emocionalmente lo que estaba pasando. “Estamos viviendo como en una etapa de desorganización y luego de eso llega el caos… estamos al borde del caos”- sentenció.
Los trabajadores consideran que la situación en que se encuentra el Hospital cabecera de Choele Choel ”atenta contra el derecho de todos de acceder a la salud que tanto se pregona”.
Denuncian la falta de insumos y equipamiento tanto como la forma en que se han visto resentidos los servicios por el alejamiento y renuncia de profesionales médicos que no han sido reemplazados.
“Hay un solo ginecólogo para asistir a todo el Valle Medio cuando tiempo atrás habían cuatro y dejaron ir a tres de ellos” explican, al tiempo que sostienen que es “casi seguro que tarde o temprano la falta de profesionales que hoy se viene cubriendo como se puede se va resentir el servicio”.
Reclaman por la incorporación de más ginecólogos pero dicen que también es necesario incorporar prioritariamente personal de enfermería y médicos generalistas.
En cuanto al equipamiento, revelan que cuentan en el hospital con un solo desfibrilador y que, en caso de que una persona internada en el primer piso entre en paro cardio respiratorio, habría que bajarlo hasta la guardia para poder desfibrilarlo.
Esto que suena potencial, aseguran que ya lo han tenido que hacer. “Tuvimos que bajar un paciente desde el primer piso para reanimarlo perdiendo un tiempo valioso y poniendo en riesgo su vida” – cuentan.
Tampoco las ambulancias cuentan con ese importante instrumental y el del quirófano “anda a veces”.
“Es más – dicen – somos un hospital derivador y tenemos una sola de las ambulancias equipada con respirador, es decir que, si hay que hacer dos derivaciones en las que el paciente necesita asistencia respiratoria solo podemos llevar a uno”.
La crítica situación se extiende hasta cuestiones mínimas. Tiempo atrás, en la puerta del consultorio odontológicos se leía un cartel que decía “no hay anestesia”. El lunes, desde la dirección del nosocomio se instruyó que se suspendieran la cirugía porque en el hospital no había gasas, pero una reserva que habían guardado los médicos hizo que el servicio no fuera suspendido y la operación pudiera realizarse.
En asamblea se escucho a los profesionales decir “no solo faltan gasas, falta suero, hilo para suturar, reactivos para Hepatitis B, en fin en más de una ocasión recurrimos a hospitales de la zona para nos presten lo que vamos necesitando… la situación no da para más. Nos preguntamos entonces si eso no es afectar el derecho del paciente como ellos (el gobierno) nos dicen a nosotros”.
LOS OCHO PUNTOS DEL RECLAMO
Un acta suscrito el viernes en el marco de una reunión refleja los ocho puntos del reclamo.
El escrito habla de un Incremento salarial acorde, el pago en forma completa de la “zona desfavorable” en todas las categorías, incremento del valor de las guardias activas y pasivas, el pago en forma conjunta de sueldo y guardias, que se le abonen los salarios atrasados al personal de servicios generales de la ex Betania a quienes les adeudan cuatro meses de sueldo, incorporación de profesionales, equipamiento e insumos para los servicios de guardia, quirófano, ambulancias y todas las dependencias en general y la optimización del sistema de derivaciones.
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