Desde hoy, se prohibe la venta de focos incandescentes

A partir de hoy los comercios no pueden comercializar las lámparas incandescentes. Es hora de reemplazar los viejos focos por las lámparas bajo consumo.

Aunque no muchos están al tanto de la cuestión, puesto que no ha sido muy difundido, a partir de hoy, 1 de junio, entra en vigencia la llamada Ley Oscura, que prohíbe la venta de lámparas incandescentes de más de 25 watts. La Ley 26.473 se sancionó en 2008 y fue reglamentada en 2009, con el objetivo principal de eliminar del mercado, y por consiguiente, de los hogares, los focos comunes, que llegan a consumir a hasta 4 veces más que los de bajo consumo.

Si bien la Ley fijaba como fecha límite para la comercialización el 31 de diciembre de 2010, mediante el Decreto 2060/2010 se modificó esa fecha, estableciendo como nuevo tope el 31 de mayo. Asimismo, el texto original de la ley no establece excepciones según el voltaje, siendo también el mencionado Decreto el que excluye de la prohibición a las lámparas incandescentes menores a 25 watts. La ley también prohíbe la importación de estas lámparas, razón por la cual se ha dificultado su obtención últimamente. Lentamente, los focos incandescentes empiezan a desaparecer de los comercios y los argentinos se van acostumbrando al cambio que exige esta ley.

Lo que hay que saber

Es cierto que las lámparas halógenas son más costosas (pueden llegar a valer más de $30), pero duran más tiempo y consumen menos energía: una lámpara incandescente dura alrededor de 1000 horas, mientras que una halógena puede llegar a durar hasta 8000 horas. Es decir que consumen entre un 50 y 80 % menos. Esto, sin dudas, representa un ahorro.

Otra desventaja que puede señalarse sobre las lámparas de bajo consumo es su tamaño: la mayoría soy muy grandes, poco estéticas y no sirven para colocar en ciertos apliques. Pero también esto está comenzando a tomarse en cuenta, ya que algunas marcas están copiando los diseños de los viejos focos, de tipo gota, vela, etc. para subsanar esta deficiencia.

Algunos rechazan también el color de la luz de los bajos consumo, pero no todos saben que existe la variedad de “luz cálida”, semejante a la de los focos incandescentes. Además, que la luz sea  “fría” quiere decir que la mayor parte de la energía que consumen la convierten en luz, mientras que en los focos comunes, prácticamente la mitad de la energía consumida se transforma en calor y no en luz.

Y por su puesto, están las ventajas para el medio ambiente: el uso de lámparas halógenas, mediante el ahorro de energía, contribuye a disminuir las emisiones de CO₂ que afectan la atmósfera y provocan el efecto invernadero.

Teniendo en cuentas los anteriores puntos, tal vez, aquellos reticentes a realizar el cambio del foco incandescente por el bajo consumo se convenzan definitivamente de las ventajas del mismo. En Twitter  @apcaceres