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2/12/11

Los periodismos que se extinguen

La objetividad (defendidas por décadas en salas de clases y redacciones) se ha transparentado. La presencia de los periodistas en Twitter no sólo ha hecho obvio lo evidente (los periodistas tiene opinión más allá de la línea editorial) sino que ha desmitificado el comportamiento de las redacciones y le ha hecho ganar credibilidad a los medios. Hoy es posible observar que los periodistas pueden opinar distinto a sus medios y lo que sigue siendo relevante es la calidad de su trabajo.

Christopher Hitchens alguna vez dijo que se había dedicado al periodismo para no tener que informarse por los diarios. Pero a pesar de su crítica, el intelectual inglés debió conformarse con ese tipo de periodismo que se fortaleció durante las últimas décadas y sólo comenzó a debilitarse realmente a mediados de la década pasada. Tarde para Hitchens.
Pero ya a estas alturas, no cuesta mucho observar que los pilares, aquellos que la profesión construyó en su defensa, desaparecen. Lo que, por supuesto, debemos observar con entusiasmo.

Se extingue la verdad
“Esto es muy divertido: Un movimiento que quiere una reforma radical en Estados Unidos y que defiende la anticuada noción de objetividad periodística”, fue el tweet de Tim Craig, periodista del Washigton Post, luego que fuera enjuiciado por criticar en la red social a los Occupy Wall Street. Su postura generó un debate mayor sobre el rol (el nuevo) de la profesión en los medios sociales.
La objetividad (defendida por décadas en salas de clases y redacciones) se ha transparentado. La presencia de los periodistas en Twitter no sólo ha hecho obvio lo evidente (los periodistas tiene opinión más allá de la línea editorial) sino que ha desmitificado el comportamiento de las redacciones y le ha hecho ganar credibilidad a los medios. Hoy es posible observar que los periodistas pueden opinar distinto a sus medios y lo que sigue siendo relevante es la calidad de su trabajo.
En esto no hay nada anormal y las audiencias así lo entiende. Históricamente se ha comprobado que la gente suele consumir los medios afines a sus ideas, pero claro, había que darle un escenario al periodismo (y llenarlo de premios) para convertirlo es un árbitro justo para la sociedad. Ese rol, caricaturizado por los mismos periodistas, está mutando. Al fin.

Se extingue la calidad como definición única
Jack Fuller lo dice en su libro News Values, Ideas for an information Age: “Cuando la competencia es intensa, los players están obligados a dar a las audiencias aquello que las audiencias quieren”.
Desde que las audiencias comenzaron a multiplicarse y a tomar un rol de primera línea en el consumo de contenidos, la definición de calidad perdió fuerza y hoy casi no tiene sentido, ni siquiera para los medios tradicionales. Como lo indica Mancini en su libro: La noticia más leída de L.A Times en 2005 fue “el perro más enojado del mundo”. Y este ejemplo no es un hecho sorprendente. Los gatos, por ejemplo, han tomado un rol en los medios convirtiéndose en un símbolo entre los nuevos y viejos medios.
Le Post, el sitio francés que ponía a competir los contenidos de la audiencia con los de los periodistas, generalmente terminaba con el triunfo de los primeros. ¿Es eso malo? Ni siquiera la pregunta parece ser adecuada.
Las audiencias hoy recogen las noticias o temas de interés de las redes sociales y los buscadores. Muy pocos se asoman a una página regularmente. A diario, sólo una minoría.
La calidad pasó de un concepto casi absoluto diseñado por unos pocos a una variedad infinita de identidades. Los medios han vivido de la ilusión de que es la calidad el contenido que no perderá valor, mientras dan por perdida la batalla por el último minuto. Eso está por verse. Pero hoy, lo único relevante es que los temas de interés (y la calidad) ya no lo decide una minoría.

Se extingue el producto final
Esto no sólo significa que debe cambiar el modelo de organización de los medios, significa que debe cambiar la lógica de los periodistas. Es reconocer el poder de la publicación en línea. La democracia de la distribución es también la democracia de la construcción.
Los periódicos como un sistema de distribución simplemente no están equipados para manejar las noticias como un proceso. El cómo hacer la web el primero punto en lugar del último en el proceso de producción, no es tarea fácil.
Muchos periódicos siguen centrando sus energías en la versión impresa y no es una historia que evoluciona, cambia y surge como nueva información.
Se extingue la noticia como concepto y unidad. Dejó ser definida por dos personas en una oficina. No es un producto terminado. Un buen ejemplo es la aplicación para el iPad New York Times, que se actualiza cuando una historia se altera dramáticamente, y además incluye una marca de tiempo.
Otro que ha buscado identificar la riqueza de la colaboración es SB Nation, un blog de deportes estadounidense, que tiene un sistema llamado Story Stream, que permite a los lectores ver todas las historias anteriores, sobre un tema en particular y en orden cronológico. Salon también tiene una herramienta para ver qué historias han sufrido cambios.
Por otro lado, tanto la BBC como el NYT tienen mecanismo de recolección de información con las noticias de último minuto.
Son muchas las cosas que se están extinguiendo del antiguo periodismo y quizás algunas sean más importantes, pero las tres mencionadas en este artículo están muy cerca del trabajo y discusión diaria y es clave superarla para dar al paso siguiente. FUENTE: http://www.eldinamo.cl yhttp://paper.li/apcaceres/1320418885

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