En medio de la crisis financiera que amenaza a las provincias, el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, anunció que enviará un proyecto a la Legislatura para imponer el "congelamiento de vacantes" en la administración pública.
La iniciativa persigue el objetivo de contener el gasto y evitar aumentar la planta de empleados estatales, en sintonía con una norma similar que el año último había impulsado su antecesor, el malogrado peronista Carlos Soria, fallecido el 1° de enero.
A fines de diciembre, Soria había logrado aprobar por mayoría, en medio de protestas y manifestaciones, el proyecto de ley de emergencia económica, que implicaba el pase a disponibilidad de los empleados de la administración pública. Tras la muerte de Soria, la medida no se llegó a aplicar.
Weretilneck, que en los últimos días relevó al subsecretario de Estudios y Proyectos del Ministerio de Obras Públicas, Ernesto Pasarón, por discutir con docentes que le reclamaban refacciones en una escuela, adelantó que planea impulsar retiros voluntarios y jubilaciones .
El proyecto que impulsa el gobernador promueve un congelamiento de vacantes. Según datos del propio mandatario, el estado provincial tiene hoy 48.000 empleados y "el 70% del gasto se va en sueldos".
"Hay que olvidarse por largo tiempo del ingreso al Estado", señaló el mandatario
Problemas para pagar sueldos en 10 provincias
¿Cómo se llegó a este panorama? La razón principal es la sostenida merma en la coparticipacióndesde principios de este año. El último informe de Economía y Regiones, de Rogelio Frigerio, señala que en los primeros cinco meses las provincias recibieron $ 61.622 millones, un 22,7% más que en el mismo período de 2011. Un año atrás, la suba había sido del 35,2% respecto de 2010. Para peor, el Fondo Sojero, que se nutre de la retención a la soja, registró el mes pasado una caída del 3%, la primera del año.
También cayeron las transferencias no automáticas (discrecionales) a las provincias, según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) con cifras del primer trimestre.
Las perspectivas no son alentadoras. La consultora Economía y Regiones estima un déficit primario de $ 13.700 millones para 2012, que se amplía a $ 19.200 millones tras el pago de intereses. Con los pagos de amortizaciones de deudas, la necesidad de financiamiento provincial asciende a $ 28.700 millones anuales.
Este panorama obliga a las provincias a administrar la escasez. Algunas optan por emitir deuda, pero se topan con una complicación: se les exige tasas de interés demasiado elevadas. Eso le sucedió la semana última al gobernador cordobés José Manuel de la Sota, quien al regresar de Estados Unidos suspendió la colocación de bonos por 200 millones de dólares.
De la Sota enfatizó, no obstante, que la economía provincial está sólida, pero no descartó la emisión de un bono para financiar obra pública. La situación es comprometida: la Nación le debe a Córdoba $ 2000 millones y, según la provincia, los fondos alcanzarán para pagar el medio aguinaldo y los sueldos hasta agosto.
Las provincias del Norte encabezan el ranking de empleados públicos; sin embargo, por ahora, no tienen problemas de pago de sueldos. "Es porque se pagan salarios de miseria, en el caso de Formosa, de $ 700 a 1200. La obra pública está parada y no hay inversiones", acusó el diputado Ricardo Buryaile (UCR). Lo mismo sucede en Misiones, donde se duplicó el empleo público a sueldos muy bajos, relató el diputado Ramón Puerta (Frente Peronista).
Pese a tener el agua al cuello, los gobernadores peronistas no sacan los pies del plato y se hincan ante la Casa Rosada para pedir más fondos. "Córdoba tiene que rogar por fondos nacionales, mientras otras provincias amigas son premiadas por la Presidenta", protestó el diputado radical Oscar Aguad.
El interior ya encendió una luz de alerta: diez provincias, que concentran más de la mitad de la población del país, no podrán afrontar el pago de sueldos y aguinaldos en el mediano plazo.
Alarmados y con sus arcas fiscales exhaustas, los gobernadores debieron aplicar un cóctel de medidas impopulares, cuyo ingrediente principal es un ajuste de gastos combinado, según el caso, con aumento de impuestos y emisión de deuda y bonos.
El pelotón de avanzada lo constituyen Entre Ríos y Santa Cruz -cuna del kirchnerismo-, que ya desdoblaron el pago de sueldos y aguinaldos. Buenos Aires, con un déficit fiscal millonario, estuvo a punto de ser de la partida, si no fuera por la turbulenta sanción del paquete tributario el jueves pasado , que le provocó un enorme costo político al gobernador Daniel Scioli. Córdoba y Santa Fe no la pasan mucho mejor; allí sobrevuela el fantasma de las cuasi monedas, y si bien sus mandatarios desmintieron por ahora la posibilidad, reconocen que la situación económica en sus provincias es muy delicada.
A esos distritos se suman otros cinco -Tucumán, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego- cuya situación es comprometida, dado que comenzaron a hacer ajustes o requirieron un auxilio extraordinario del gobierno nacional, según un relevamiento realizado por
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